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Seguro que en alguna ocasión has ingerido algún alimento que haya sido modificado genéticamente sin saberlo. Los alimentos transgénicos son producidos a través de la ingeniería genética, con objeto de crear productos con unas características concretas. Ahora bien, existe cierta controversia y los científicos no logran ponerse de acuerdo para determinar hasta qué punto son beneficiosos o todo lo contrario.

Algunas de sus ventajas son:

  • Cultivos protegidos frente a virus, insectos, hongos y malas hierbas. Por lo que hay menores pérdidas de cultivos debido a plagas y maleza.

  • Cultivos que requieren de menos trabajo y maquinaria.

  • Se les pueden añadir vitaminas, minerales y proteínas que previenen la malnutrición y nos protegen de ciertas enfermedades.

  • Mejoras en el rendimiento de los cultivos y menor necesidad de pesticidas, que es bueno para el medioambiente y la economía, pues se reducen costes.

  • Alimentos medicinales que se podrían utilizar como vacunas u otros medicamentos.

Algunas desventajas: 

  • Su producción pone en riesgo la biodiversidad y puede acabar eliminando organismos no modificados y extinguiendo especies que encontramos actualmente en la naturaleza. Por ejemplo, puede que a la larga haya una única variedad de manzanas y el resto desaparezcan.

  • En ocasiones la modificación genética es únicamente para que el alimento resulte más atractivo al consumidor (color, aroma…) y no para mejorar sus propiedades, incluso algunas podrían perderse.

  • Muchos organismos, como los hongos y virus, podrían mutar a especies desconocidas para su propia supervivencia.

  • Las semillas de los alimentos transgénicos están en manos de grandes multinacionales, con lo que perjudica al agricultor pequeño y tradicional.

¿Conocías estas variables?