La palabra éxito frecuentemente se asocia al fruto con aroma a victoria y reflejo de propósitos trazados en nuestras vidas. Dentro de este marco, Laid Ribeiro -médico y conferencista brasileño- en su libro “El éxito no llega por casualidad” expresa que el ser humano es selectivo y construye su destino. El primer peldaño está asentado en un pensamiento de Albert Einstein que reza así: “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”; sin este término, no hay arranque, ni medio para lograr los objetivos planteados.
El ser humano es social por naturaleza y tiene la necesidad de conocer, interpretar, comprender, percibir la realidad y vivencias del “otro” que forma parte del “yo” sin línea divisoria. Entonces podemos estudiar este fenómeno haciendo epojé -suspender juicio de valor existente- para luego transitar, comprender, interpretar y avanzar en las metas propuestas durante el encuentro de 2 intencionalidades: la del sujeto conocedor y el sujeto conocido.
Durante mis investigaciones, la fenomenología se convierte en una serendipia, interpretándose como un cimiento en el andar del rostro humano que establece una relación subjetiva y horizontal con el éxito. La fenomenología es entonces, el fundamento de la ciencia humana.
Edmundo Husserl, fue creador de la filosofía fenomenológica, la cual se basó en el lema del “hacerse y constituirse”, alegando que la ciencia trata de descubrir las “estructuras esenciales de la conciencia”. Por ende, su fin no es tanto describir un fenómeno singular, sino también es dilucidar el éidos ó la esencia de sí misma. Así mismo este pensador consideraba que el mundo no está compuesto solo por hechos y eventos; también posee elementos prácticos como valores, bienes, percepciones, entre otros.
Por lo tanto, es necesario situarse más allá de lo real. Pasar del cosmos de los hechos o experiencia, hacia el cosmos de la vida. Esta idea implica deslizarse de la apariencia natural a la fenomenológica; así lo expresa Ferrater Mora la “otredad” de la realidad, es ir hacia la cosa.
Las personas llegan a ser exitosas porque asumen una actitud natural, sin preocupaciones ni temores. Para alcanzar el éxito en toda la embestidura de la vida se pone en epojé todas las vivencias y conocimientos obtenidos, previo a lo que queremos experimentar como un hecho nuevo exitoso. La fenomenología en este ámbito implica respeto. Se puede conocer el sabor de la miel, pero nunca como lo percibe otra persona si esta no lo comunica.
Autor:
Zulay Ruiz
@layzuc